lunes, 13 de febrero de 2012

CHINA 6 para 1 vs VENEZUELA 1 para 4

Quizá el lector piense que se trata de los resultados de un encuentro deportivo entre ambos países. Realmente no. Se trata de una forma sencilla de presentar una diferencia entre los dos países, que tiene consecuencias dramáticas para el nuestro.


¿Cómo es eso de China 6 para 1? En el año de 1978, China implementó la “política de un solo hijo”. Esto significa que en China, cada pareja solo puede tener un hijo. Como consecuencia de esa política se está observando en China en años recientes un fenómeno interesante.


Piensen en una pareja china que ha tenido un hijo hombre y otra pareja que ha tenido una hija. Pasa el tiempo, estos dos hijos crecen se casan y tienen un niño. Aquí viene lo interesante. Resulta que esa familia conformada por cuatro abuelos y dos padres dedica toda su energía, su tiempo y su dinero a ese único niño. Los abuelos se turnan para llevar al niño al parque, a su escuela, a sus clases de natación, clases de idiomas, etc.


Esas seis personas usan todos sus ahorros para que el niño vaya a las mejores escuelas, tenga la mejor alimentación, ropa, vivienda y salud posibles. Y lo mejor, esas seis personas le dan todo su amor a ese niño, para que se desarrolle como un ser humano querido, con una alta autoestima, un ser humano completo. Imaginen los lectores el ser humano superpoderoso que sale de allí. No son casualidad los resultados económicos, científicos, deportivos y demás, que está obteniendo China desde hace 10 o 15 años.


Hablemos ahora de la segunda parte: Venezuela 1 para 4. Muchos hemos visto como en Venezuela hay una cantidad enorme de familias sostenidas por una madre, que con su trabajo abnegado logra sacar adelante a 3, 4 o más hijos. Pensemos en esto con detenimiento: una sola persona procurando los alimentos, la educación, la salud, y las demás necesidades de esos cuatro hijos. Generalmente esa madre tiene un trabajo de poca remuneración, posiblemente un sueldo mínimo. Imaginen un sueldo mínimo usado para satisfacer las necesidades de cinco personas. Este dinero alcanza solo para una comida escasa.


Siendo así, lo hijos difícilmente podrán lograr una buen nivel educativo, y será muy difícil que a futuro mejoren su nivel de vida. Y lo peor: ¿cómo se afectará el desarrollo afectivo, emocional de esos hijos, que crecen con todo el esfuerzo de su madre pero sin una figura paterna que les de seguridad y confianza? ¿Cómo será la autoestima de esos muchachos? Es muy probable que por estas deficiencias y por las condiciones económicas de pobreza, alguno de esos hijos termine siendo un delincuente.


Es terrible hacer esta comparación de lo que está pasando en China y Venezuela, pero es la verdad, está ahí, aunque nos cause malestar darnos cuenta de esto, y aunque pase desapercibida para muchos. Las consecuencias de este hecho las vivimos y las sufrimos todos los venezolanos diariamente.


¿Cómo es posible que un país del mundo esté generando seres humanos de un altísimo nivel humano, profesional y económico, y simultáneamente, en otro lugar del planeta, otro país este generando cantidades de personas que viven una vida de pobreza y delincuencia?


Este es un problema que tiene Venezuela desde hace varias décadas. La gran pregunta es: ¿Cómo solucionar esto?


Obviamente un problema que tiene tanto tiempo no se soluciona en el corto plazo y la solución no es copiarnos de China, pero si aprender de ellos.
Para solucionar este problema hay tres elementos concretos a desarrollar.


El primero implica un cambio de actitud. Las personas que viven en la pobreza deben saber que terminar con la pobreza de su familia a largo plazo, está en sus manos. Si una joven mujer, sigue el camino de formar familias 1 para 4, a largo plazo el resultado será el mismo que tenemos hasta ahora. Pero si esta joven decide que va a tener solamente los hijos a los que les pueda dar una vida próspera, las cosas empezarán a cambiar en nuestro país. La responsabilidad de hacer esto no es de las mujeres jóvenes solamente, sino también del gobierno, que debe utilizar al sistema educativo como canal para redefinir los valores familiares de los venezolanos más jóvenes.


En segundo lugar, está la responsabilidad de los hombres para con sus familias y para asumir la responsabilidad por los hijos que traigan al mundo. No podemos pensar en una Venezuela moderna de pleno siglo 21, en la que los hombres venezolanos sigan dejando abandonados a su suerte a su mujer y a sus hijos. Aquí también, el gobierno debe tener su parte, a través de la educación de los hombres jóvenes y a través de leyes que incentiven a los hombres a asumir sus responsabilidades como padres.


En tercer lugar, nuestro sistema educativo debe fomentar en los más jóvenes el amor por el estudio y por el desarrollo personal, incentivándolos para que se dediquen a prepararse y a fortalecerse como seres humanos, y para que en consecuencia, posterguen la paternidad ( o maternidad) hasta que tengan la madurez y fortaleza suficientes para poder formar una familia próspera.


De acuerdo a lo planteado, está claro que buena parte del futuro de nuestro país está en las manos de las mujeres y hombres jóvenes de hoy. Por ser así, no puede dejarse solamente a sus conciencias las decisiones relevantes que en materia familiar tome cada uno de ellos. Es la sociedad y el gobierno principalmente, quien debe actuar para apoyarlos en esta transformación.


El factor común de los tres elementos planteados en la solución del problema es nuestro sistema educativo. Es allí a donde se deben dirigir las miradas si queremos que Venezuela se convierta en el país próspero y feliz que todos soñamos.


Jaime Zárate – jalzaragu@gmail.com

domingo, 5 de febrero de 2012

La educación en Latinoamérica

Este Blog fue creado el 5 de febrero de 2012, con el objetivo de participar en la transformación de los sistemas educativos Latinoamericanos, para lograr que estos realmente ayuden a las personas de esta zona del mundo a aprovechar al máximo sus talentos y destrezas, y así puedan tener una vida próspera en este mundo moderno y cambiante.

Algún día haremos que la palabra "pobreza" desaparezca de nuestro vocabulario.    

Jaime Zárate


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